martes, 26 de abril de 2011

Las Aventuras de Catalejo Siete, Cap.3

Todos los Jueves al mediodía, Cate va a la psicóloga. Ese día, no sabe porque, llego muy temprano. Sabia que faltaban como veinte minutos para su turno, suspiro fuerte y se sentó en la silla al lado de la ventana. Siempre se sienta en la misma. 
Cuando el aburrimiento y el silencio lo aturdían, ya sin poder soportarlo, revolvió el estante inferior de la mesa ratona y encontró un libro que indudablemente le llamaría la atención, "La Inteligencia emocional" del Dr. Daniel Goleman. 
Casi con sudor frio en las manos, lo agarro. Unos segundos despues y ya con cierto temor identificado, se dispuso a leer la contratapa.
Un señor de rulos, con cara de estar muy seguro de si mismo le decía:

   "El término " inteligencia emocional " se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos. Es un termino que engloba habilidades muy distintas –aunque complementarias- a la inteligencia académica, la capacidad para aprender y conocer que exclusivamente mide el cociente intelectual.
Estos dos tipos de inteligencia, la intelectual y la emocional, expresan la actividad de dos regiones diferentes del cerebro. El intelecto se basa exclusivamente en el funcionamiento del neocórtex, la parte de formación más reciente que recubre la superficie del cerebro, mientras que los centros emocionales ocupan un lugar inferior y más antigua en el mismo. La inteligencia emocional, por último, está relacionado con el funcionamiento concertado y armónico entre los centros emocionales y los centros intelectuales.
 Cada vez más todo depende del tipo de relación que mantengamos con nosotros mismos, del modo en que nos relacionemos con los demás, de nuestra capacidad de liderazgo y de nuestra habilidad para trabajar en equipo. Estos son los elementos que ya, y mucho más en el futuro van a determinar la realidad del mundo laboral. Es otra forma de ser inteligente, es lo que llamamos INTELIGENCIA EMOCIONAL."

Dejo el libro en la mesa. Lo invadió un sentimiento de vació total. Se acordó de Luz y se sintió peor. 
Saco su libreta casi nueva y escribió una nota. Cuando la recepcionista se levanto a preparar un café, a paso silencioso y apurado, la dejo en su escritorio. 
Y así, una vez mas, huyo.

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