lunes, 15 de agosto de 2011

El Peligroso acto de "Chupar La Energia"

Que pasa cuando nos cruzamos con esas personas que sin querer o queriendo, te Chupan La Energia.

No hay mucha metáfora para explicar el fenómeno.
Un día te cruzas con X persona, que de pronto te genera una especie de desgaste mental,  que automáticamente se transforma en físico, que hace que se te caigan los hombros lo máximo que las articulaciones lo permitan.
Y al querer dar una respuesta al planteo del otro lado, tomas aire, y solo te sale un suspiro de resignación, como diciendo "sabes que che, esta todo bien, esto es al pedo, dejemoslo así".

A. por ejemplo, es una persona extremadamente demandante de energía y atención. Ella necesita que uno le diga las cosas tal cual las quiere escuchar y de la manera que para ella son validas, de lo contrario, surge una lista interminable de preguntas incisivas y retoricas que hacen descargar la batería de tu vida.
Y ahí... llega el suspiro.

H. por ejemplo, es otro tipo de persona que chupa la energía. El te hace planteos que algunas veces son así y tan solo porque si. O tal vez no. Pero el solo hecho de intentar excavar a fondo las raíz mas mínimas del origen de la cuestión...
Y ahi... llega es suspiro.

J.X. por ejemplo, es otro tipo diferente. El poder de enmarañamiento mental que posee esta persona, es una trampa mortal para el y para los demás.
Muchas veces pasa que las cuestiones se complican y si, hay que tratar de pensar y resolver y volver a pensar para poder resolver.
Pero hay muchas otras cuestiones (el 95% de nuestras cuestiones) que las cosas son así o no, y ya.
Lo mas triste de este tipo de personas es que de tanto girar al rededor de la cuestión, surgen otras nuevas, innecesarias, que solo hacen mal. Cuando las cosas son fáciles y sobretodo claras, muy claras, para que complicarlas, por dios!
Y ahí... llega el suspiro.


Yo soy susceptible a esta gente.
No los culpo, ni creo ser una victima tampoco.
Solo se que me desinflan y desgastan, sin la mas minima intencion.
Como una esponja que al pisar con pocas ganas, alcanza para que se seque al instante.

Asi es la cuestion, y ahi... llega el suspiro.


miércoles, 3 de agosto de 2011

Habria que empezar a pensar del otro lado de la frase "yo siempre voy a estar",
y darse cuenta que al unico que no hay que fallarle, es a uno mismo.
Tambien habria que dejar de creerle a quien dijo que siempre va a estar, no siempre va a estar, aunque no este de acuerdo y quiera estar.

"yo siempre voy a estar, para mi"
aunque a veces no alcanza.
eso es bueno